LAS MEJORES VACACIONES
Escrito por: Anónimo
Ilustrado por: Eduardo
1. Para descansar un poco de los últimos exámenes, Manuel recibió la invitación de su amigo Federico ("Fede") para pasar una semana en una isla que a Manuel le gustaba mucho y quedaba bien próxima del continente.
Fede acababa de separarse de su esposa después de tres años de insufrible convivencia.
2. Por un lado Manuel lo que más deseaba era aceptar la invitación, pero por otro, dudaba porque era totalmente consciente de la atracción que sentía por Fede que desde los primeros años de amistad lo había estado ocultando como su más profundo secreto y pasar varios días a solas con él sería un gran esfuerzo para contenerse.
3. Sin embargo, sus deseos de estar a solas con su amigo fue más poderoso y aceptó inmediatamente. Manuel se tranquilizó un poco al saber que Fede había reservado habitaciones separadas para ambos, aunque contiguas.
4. Al día siguiente, Manuel llegó al hotel y le informaron que la reserva estaba confirmada pero que debido a una Convención que se estaba realizando, por los dos primeros días debían compartir la misma habitación. Manuel se sintió un poco nervioso pero el administrador le dijo que habían consultado con la persona que hizo la reserva y dijo que no habría problema, que tomarían la habitación compartida durante esos dos días.
5. Aunque contrariado o nervioso, Manuel fue para la habitación y empezó a acomodar su ropa cuando Fede llegó.
Se saludaron calurosamente con fuertes abrazos y apretones de manos un poco más duraderos que de costumbre, probablemente porque hacía bastante tiempo que no se veían y ambos estaban alegres de volver a encontrarse.
6. "Viste? Parece que el destino es más colaborador de lo que pensabas: tu sueño de compartir el dormitorio conmigo se te va a cumplir cuando menos te lo imaginabas!", comentó Federico mientras se quitaba su camisa y pantalón.
7. Y terminó diciendo, "... y no solamente tendremos que compartir la habitación, sino que también tendremos que compartir la cama…", señalando hacia la cama, el rostro de Manuel quedó lívido porque no había pensado en eso. También quedó petrificado porque nunca se había dado cuenta que probablemente Federico conocía sus verdaderos sentimientos hacia él.
8. De la forma que lo dijo, Manuel no podía saber si se trataba de una broma o estaba hablando en serio.
"Yo, este--. Qué estás diciendo?", balbuceó Manuel.
"Nada, es broma! Pero de cualquier forma, lo que sucede en la isla, se queda en la isla", agregó Federico y le dio un puñetazo amistoso en el hombro, acompañado de una pícara guiñada, que podría significar alguna cosa o ser solamente idea de Manuel.
9. "Parece ser que vamos a tener unos días grandiosos!!! Está haciendo tanto calor que lo único que deseo es que pronto podamos ir a la laguna que dijiste que es tu ‘preferido’ y tomemos un poco de sol de verdad. Estoy tan deseoso de conocer." dijo Federico acompañado de una amplia sonrisa.
Federico se dio cuenta que no había puesto en su bolso ninguna ropa de playa.
"’Aquella’ (hablando de su esposa), me mal acostumbró a prepararme el bolso cuando viajo y no me di cuenta que yo no puse ninguna ropa de playa. Vas a tener que prestarme algo tuyo o, de otra forma, voy a tener que ir a la playa de traje y corbata: Jajaja"
10. "Si, no hay problema… si te entra…", le respondió Manuel.
"Vamos, no te hagas el alfeñique que últimamente estás tan trabajado como yo en mis mejores tiempos".
"Eso sería muy difícil, siempre te caracterizaste por mantener tu físico con tan buena apariencia, haciendo cualquier sacrificio necesario para conseguirlo"
"Te parece?", haciendo una pose de fisioculturista, "En los últimos tiempos he estado más preocupado con las locuras de ‘Aquella’ que no he prestado ninguna atención en mi."
"Se ve en tu cara que te gusto, no?"
"Sabes que si! Siempre he admirado el tesón y el empeño que pones en cuidar tu físico y cualquiera lo puede reconocer con sólo verte."
11. "Ok, entonces qué es lo que me puedes prestar?", lo interrumpió Federico.
"Lo que quieras, busca entre mis cosas y elige lo que prefieras. No traje mucho, pero hay suficiente para los dos.", le respondió Manuel.
Federico buscó entre las ropas de Manuel para ver si podía conseguir algo para ir a la playa.
Después de buscar entre las ropas de Manuel, tomó unos shorts que le pareció que le quedarían bien.
12. "Creo que ésto va a servir. Me lo voy a probar", dijo Federico.
"Si, parece que ese te va a quedar bien."
"No te preocupes que usaré ropa interior así después no tienes nada que reclamar."
"Como quieras, yo también acostumbro a usar alguna ropa interior por debajo de mis shorts. Aunque sabés que nunca te reclamo nada. Jajaja", contestó Manuel.
13. Federico fue al baño y en pocos minutos salió vistiendo los shorts de su amigo.
"Te quedó muy bien. Parece hecho especialmente para ti.", exclamó Manuel.
"Hmmm. A mí también me gustó. No se si te lo voy a devolver."
"Marché! Sabía que pasaría algo así. Pero en el fondo, me siento muy halagado de que estés usando alguna ropa mía y que te agrade.
"Concuerdo contigo… me siento como si estuvieses colgando de mis bolas...Jajaja"
14. Manuel no supo qué contestar pero su mirada podía decir mucho más que cualquier palabra.
Después de un incómodo silencio, Manuel dijo, "Bien, yo también me voy a cambiar así podemos irnos. Ok?"
"Si, dale, apurate que estoy loco para conocer ese lugar.
15. Rápidamente Manuel se cambió sus ropas y cuando salió del baño, Federico lo estaba esperando en la puerta.
"Woow! Parece que alguien también ha estado trabajando esos músculos. Luces estupendo. Me dan ganas de refregarte por todo mi cuerpo"
16. Diciendo ésto, Federico se acercó a Manuel y pasando sus brazos alrededor de su cuerpo comenzó a rozar ambas entrepiernas (frecuente broma que Federico le hacía Manuel) generando una energía electrizante que invadió a Manuel completamente.
A Federico también le llamó la atención lo que estaba sintiendo y demoró con su broma unos segundos más de lo que podría ser considerado ‘broma’.
17. Al separarse ambos cuerpos mostraban una excitación visible a simple vista que manifestaba que por unos segundos había existido una conexión que había estado escondida por muchos años, desde que iniciaron su amistad.
Rompiendo el silencio, Manuel dijo, "Qué te parece si nos ponemos en marcha o ésto no va a terminar por aquí…?"
18. "Vamos, si. En algún momento hablaremos de ésto, oportunamente.", respondió Federico.
Y ambos abandonaron el hotel.
Caminaron en silencio por unos cuántos minutos.
En determinado momento, Federico preguntó, "Es muy lejos? Estoy ansioso por llegar."
19. "No, bien cerca. No dejes que las ansias te invadan porque vas a crearte muchas expectativas y puede que no sea lo que estás esperando.", le aclaró Manuel.
"No hay problema, amigo! Sólo por el hecho de estar acompañado contigo, ya puedo considerar que es un momento muy especial."
Manuel le devolvió una sonrisa pero no hizo más comentarios.
20. Abandonaron la carretera y se encontraron con un cartel que decía: "Propiedad Privada – Prohibido Pasar".
"Pero ésto es una propiedad privada, No deberíamos pasar.", dijo Federico.
"No hay problema, pertenece a mi tío, pero está de viaje. Piensa construir una cabaña tan espectacular que no se si alguna vez la llevará a cabo." le respondió Manuel.
Atravesaron un conjunto de árboles, denso, cerrado que casi no permitían ver que existía el tal sendero.
21. Casi enseguida, delante de ellos se abrió una bahía amplia y tranquila con un agua transparente y serena como la de una piscina, la vegetación avanzaba hasta el agua.
"Esto es espectacular! Que belleza increíble!", exclamó Federico.
"Te dije que te iba a gustar! No tenía la más mínima duda."
22. Bajaron hasta la orilla y a pesar del sol abrazador, la fresca brisa ventilaba la bahía permitiendo disfrutar de la misma sin sentirse sofocado.
Buscaron un lugar sobre una roca que sobresalía del agua como una terraza natural y extendieron sus respectivas toallas.
23. "Me voy a tener que poner un protector solar porque hace tiempo que no tomo sol y, si no lo hago, ésto me va a despellejar."
"Si, me parece que es lo más conveniente. Pero que te parece si primero nos damos un chapuzón y después nos ponemos protector así evitamos que el agua lo diluya."
"Correcto. Haremos eso mismo. Bien pensado.", respondió Federico.
24. Salieron corriendo para el agua donde se zambulleron en medio de una lluvia de gotas de agua cristalina y fresca.
Nadaron un poco, jugaron carreras como cuando eran chicos. Parecía que ambos habían rejuvenecido unos cuantos años volviendo a la adolescencia.
25. El que perdía la carrera de natación, se hacía el enojado y empujaba al otro, casi siempre, haciéndolo caer en el agua, a veces aplicándole una llave de lucha libre de la que no era muy difícil zafarse pero que ambos disfrutaban haciendo que el roce de sus cuerpos liberase esa energía contenida por tanto tiempo.
26. Después, se intercambiaban subiéndose uno encima del otro para obtener mayor altura y lograr un chapuzón de mayor efecto.
Para treparse, era inevitable que ambos cuerpos se frotasen uno contra el otro, lo cual les daba otro motivo para divertirse.
27. Cualquier motivo era suficiente para iniciar una lucha ficticia cuerpo a cuerpo bajo el agua.
Durante una de las luchas, Manuel enganchó los shorts de Federico y, cuando éste quiso escaparse, consiguió quitárselos. Quedó vistiendo sólo el diminuto bikini que tenía por debajo.
28. Al incorporarse, Federico acusó a su amigo de haberle quitado sus shorts y comenzó una pelea fingida tratando de obtener los shorts de Manuel.
El roce de ambos cuerpos era tan divertido para ambos que ninguno quería evitar esa pelea ficticia.
29. Federico sujetó a Manuel por detrás con una llave a la altura de su cuello. Manuel simuló hacer esfuerzo por escapar, aunque no con mucho empeño aprovechando del contacto intenso que la lucha les estaba brindando.
En otro momento, Manuel rodeó con sus brazos la cintura de Federico quien por más que intentaba, no conseguía escapar.
30. Los brazos de Manuel fueron resbalando quedando, finalmente, apoyados sobre la pelvis de Federico.
Los movimientos continuaban, los cuerpos no se separaban y era notorio que ambos miembros estaban excitados provocado por la presión que los brazos de Manuel hacían sobre la entrepierna de su amigo.
31. Federico giró repentinamente quedando de frente para Manuel, con su pelvis a la altura de su rostro, su mejilla recostada a la entrepierna de su amigo.
El juego tuvo una pausa en ese momento y ante la duda de continuar con la farsa de la lucha por miedo a no perjudicar la amistad que los unía, Manuel se paró y quitándose sus shorts le dijo, "Ok, ok! Aquí está tu trofeo. Estoy cansado, vamos a parar por un rato? Qué te parece?"
32. "Está bien," respondió Federico, "pero paramos porque tú te rendiste, ok?"
"Si, Federico, como tu quieras. Vamos a salir que ya hemos estado bastante rato al sol y si no usamos el protector, nos vamos a despellejar totalmente."
"Ok, ante ustedes, el gran ganador de la jornada de hoy!", aclamaba Federico con ademanes de triunfador.
33. Mientras se acercaban a la costa, Federico continuaba hostigando a su amigo, sujetándolo por los hombros, golpeando su espalda con los shorts o recostando su entrepierna sobre el trasero de Manuel.
34. Al llegar a donde estaban las toallas, Federico extendió los shorts al sol para que se secasen más rápido. Su única vestimenta era su diminuto bikini, mientras Manuel tenía solamente un ajustado boxer que, al estar mojado, poco dejaba a la imaginación.
"Como es la primera vez que tomo sol esta temporada, me vendría bien ponerme protector solar. No te parece?"
"Si, por supuesto. Y quieres que yo te lo aplique, no?"
"Exacto, eso mismo. Perdóname el abuso, pero para qué están los amigos."
"No es abuso, al contrario, es un placer. Además, después te voy a pedir reciprocidad. Jajaja".
35. Federico se acostó boca abajo y Manuel comenzó a colocarle el protector solar.
Manuel no podía creer que pudiese estar acariciando tan escultural cuerpo que por tantos años había soñado en tocarlo.
Distribuyó el protector por toda su espalda y se tomó su tiempo para acariciarlo con libertad.
36. Al llegar al borde del bikini, se lo bajó un poco, dejando parte de la separación de los glúteos al descubierto, generando manifestaciones erógenas en la entrepierna de Manuel.
Federico suspiraba y disfrutaba de las caricias que estaba siendo objeto y comentó lo suave y dedicada que era la atención que estaba recibiendo.
37. Manuel continuó con las piernas de Federico distribuyendo una copiosa cantidad de protector en toda la zona.
Su mano recorría los muslos hacia arriba y hacia abajo y en más de una oportunidad sus dedos rozaban la entrepierna de Federico, aunque éste no hizo ningún comentario.
38. "Bien, terminé con la parte de atrás, date vuelta que te ‘protejo’ por delante, también", dijo Manuel.
Federico levantó su cabeza y comentó, "Me parece que eso no va a ser posible ahora…"
"Vamos, no te pongas mimoso. Date vuelta!" le respondió Manuel.
"Bien, pero no me hago responsable de la situación, ok?"
39. Al girar, Federico lucía una imponente erección, tremendamente notoria bajo su diminuto bikini. Sin mediar palabra, sonrió y le guiñó un ojo a Manuel.
Manuel disfrutó de lo que estaba viendo y solo comentó "No te preocupes, es una reacción involuntaria. Jajaja"
"Aunque parece que la reacción es mutua, Jajaja", dijo Federico señalando hacia la entrepierna de Manuel.
40. "Pues si… Hay ‘situaciones’ que no se pueden evitar"
Manuel continuó aplicando el protector solar en el pecho de Federico.
Sus tremendamente desarrollados pectorales brillaban por la iluminación del sol y parecía que crecían acompañando la respiración un tanto agitada de Federico.
41. Nuevamente, cuando llegó a la zona de la cintura, Manuel bajó un poco el bikini de Federico, comentando "voy a bajar un poco ésto porque así no se te ensucia con protector tu bikini que tan bien te quedan…"
"Entiendo. Tú estás al mando de la tarea. Puedes hacer como te parezca mejor."
"Ojo con lo que dices. Eso puede ponerte en peligro. Jajaja", acotó Manuel.
Ambos rieron con muchas ganas.
42. Manuel no quiso arriesgar más por ahora y le dijo a Federico que la tarea estaba cumplida.
"Hmmm. Qué pena! Estaba tan agradable que me hubiese gustado que continuaras…"
"Me doy cuenta! Eso lo puedo estar viendo…"
"Si me baño de nuevo, pude haber una segunda sesión, no?"
"Si, si así lo deseas. Yo estaré siempre dispuesto. Como te dije, es un placer", respondió Manuel.
Sabiendo que ya habían llegado demasiado lejos, Manuel no quiso seguir arriesgándose y le dijo a Federico que le pasase el protector estando en pie.
43. Federico dejó caer unos grandes copos de protector sobre las espaldas de su amigo y comenzó a distribuirlo por toda el área, recostándose al cuerpo de su amigo en toda oportunidad que se le presentaba.
Aguantando la risa, Manuel preguntó, "Espero que eso que cayó sobre mi espalda sea el protector solar…"
"Pues, claro, qué otra cosa podría ser? Jajaja", le respondió Federico.
44. "No se, después del bulto que vi entre tus piernas, podría ser cualquier otra cosa.", respondió Manuel.
"Y si fuese otra cosa, te molestaría mucho?", preguntó Federico.
"No, viniendo de tí, sabes que te soy incondicional y no me molestaría para nada."
"Hmmm! Es bueno tener eso en cuenta."
45. Federico seguía cada vez más excitado y su pene, rígido, se asomaba por el borde de su bikini.
Al pasar el protector sobre sus hombros, Federico se acercó un poco más y eso provocó que su duro miembro tratara de abrirse camino entre las nalgas de su amigo.
Manuel no hizo ningún comentario pero no podía dejar de sentir tamaño monstruo apoyado sobre su trasero, lo cual le provocaba una gran excitación.
Se hacían bromas constantemente, pero las mismas sólo estaban reflejando lo que estaba sucediendo en realidad y mostraban la mutua confianza que ambos se tenían y lo fuerte de la amistad que por momentos parecía que crecía cada vez más.
46. Federico pasó a distribuir el protector solar por las piernas de Manuel.
Era muy agradable ver sus muslos brillar por el efecto del protector solar y resaltar lo bien torneado que estaban.
La mano de Federico viajaba constantemente hacia arriba y hacia abajo, acercándose en varias oportunidades a la entrepierna de Manuel.
47. "Bien, amigo, ahora es tu vez de girar para que te pueda lubricar por el frente.", dijo Federico mostrando una sensible ansiedad en su voz. Manuel giró para que Federico continuase con su tarea.
"Hmmm parece que aquí tenemos una gran situación, no?", comentó Federico.
"No veo qué te extraña si tú estás en la misma situación, eh?"
"Pues si, parece que es contagioso. Jajaja", rió Federico.
48. Federico dijo, "Manuel, creo que voy a besarte. Me muero de ganas! No quiero que ésto comprometa nuestra amistad."
Manuel no estaba muy seguro que la relación no sufriese ningún cambio, deseaba a su amigo, añoraba su contacto, como lo había deseado durante tantos años, pero no permitiría perder su amistad.
"Federico, siendo totalmente honesto contigo, te deseo y deseo tu contacto físico casi desde que te conocí. Pero dejo de lado cualquier cosa que pueda estar sintiendo si sé que de alguna forma puede estropear nuestra amistad"
49. "No es así, Manuel! Yo también te he deseado desde hace mucho tiempo y no he tenido el coraje de decirte por miedo a que nuestra relación cambiase", dijo Federico.
Y agregó, "Te puedo decir con total confianza y seguridad que ésto es lo que yo también deseo y que varias veces pensé que ésto es lo que estaba faltando en mi matrimonio."
Hizo una pausa y continuó, "Ese algo que ninguna mujer me puede dar, así como tampoco me lo puede dar ningún otro hombre… sólo tú, amigo!"
50. Los ojos de ambos se encontraron, rebozando de alegría y felicidad. Abrazó fuertemente a su amigo, estrujándolo contra su pecho y permitiendo que ambos cuerpos se fusionasen en uno solo, que ambos miembros se recostasen uno al otro, sin pudor, y que ambos corazones se llenasen de una alegría contenida por mucho tiempo.
51. Entre abrazos y besos, por la emoción contenida, el exceso de excitación y la fricción mutua, ambos miembros soltaron copiosos chorros de semen, bañando ambos cuerpos con el líquido tibio y suave para celebrar la abertura sincera de dos corazones que por tanto tiempo habían callado y que ahora se abrían uno al otro demostrándose sinceridad, sentimientos y deseos compartido.
52. Con sus clásicas bromas, Federico comentó, "Hay quienes celebran los grandes eventos con cerveza, whisky o champagne… Nosotros somos mas simples, nos conformamos con celebrar con buenos chorros de semen."
Diciendo eso, casi que al unísono, ambos estuvieron de acuerdo en tomar un nuevo chapuzón y corriendo, pero abrazados, uno con el brazo por encima de los hombros del otro, se zambulleron en las cristalinas aguas como un bautismo a la creciente amistad de ambos.
53. Jugaron un poco más en el agua, ahora más desinhibidos, permitiéndose tocar y acariciar el cuerpo de su respectivo amigo, sin dudas y con gran placer compartido.
Saltaban y corrían en el agua como dos chicos en la mañana de Navidad, contentos, alegres, rebozando felicidad.
54. Salieron, aún abrazados y se encaminaron a sus toallas.
Ambos se recostaron sin el cuidado que el otro pudiese ver su propia erección y que hiciese algún comentario fuera de lugar.
Se tocaban y acariciaban constantemente, regocijándose en poder ser ellos mismos sin ocultarse nada de lo que estaban sintiendo.
55. Cuando estaba terminando la tarde, decidieron emprender el camino de vuelta.
Los rostros de ambos reflejaban una gran alegría y felicidad por lo que los dos habían acabado de revelarse mutuamente.
Todo el camino fue acompañado de risas y comentarios, recordando momentos que ambos habían vivido y que debían tragarse sus sentimientos para proteger la amistad que los reunía.
56. Al pedir la llave de su habitación, el administrador comentó que por la forma que lucían ambos, era fácil darse cuenta lo bien que habían pasado la tarde.
Al mismo tiempo ambos asintieron entre risas y expresiones de placer.
57. Al llegar a su habitación, Federico sorprendió a Manuel empujándolo y tirándolo sobre la cama. Inmediatamente, se le tiró encima.
No demoraron ni un segundo en encontrarse en un beso apasionado que duró una eternidad.
Los ojos de ambos cerrados, disfrutando del momento y saboreando el aroma del otro hombre, tan deseado por tanto tiempo.
Después de unos momentos, Federico preguntó, "Estás mejor ahora?"
Ambos rieron y aún abrazados se acariciaron y entregaron sus cariños con libertad.
58. Federico le preguntó, "Estaría bien si te doy un beso más?"
A lo que Manuel le respondió, "No!", secamente y haciendo una leve pausa, continuó, "...Sólo podrías besarme si lo haces muchas, muchas veces."
Rieron y nuevamente apretaron sus cuerpos uno contra el otro, pasando sus dedos entre los cabellos mientras sus lenguas se retorcían una dentro de la boca del otro.
Federico sintió las manos de Manuel acariciando su espalda y terminando en su voluminoso trasero.
59. Uno podía sentir la gran excitación del pene del otro e imaginar cómo ambos miembros querían escapar de sus pequeñas vestimentas.
Federico comenzó a besar y acariciar el mentón y el cuello de Manuel.
Quería estar seguro que no quedase ninguna parte de su cuerpo sin explorar, lamiendo sus tetillas, mientras sus dedos deslizaban furiosamente por su pecho y abdominales.
Manuel podía sentir el aroma de un hombre ardiente de deseo.
60. Ambos cuerpos giraron quedando Manuel sobre Federico.
Colocó sus dedos en la cintura de sus shorts, lo fue bajando hasta que su pene quedó expuesto. Era tan grande y hermoso. Pudo ver una gota de líquido preseminal asomando por su dilatado glande.
Manuel Miró a su amigo a los ojos y Federico le devolvió una sonrisa engreída.
Manuel sabía lo que su amigo quería y había decidido que él se lo iba a dar.
61. Se acercó a su pene y comenzó a lamer su glande mientras una de sus manos sostenía su duro tronco, la otra masajeaba sus bolas.
Manuel lamió el pene de su amigo por todos lados mientras escuchaba los gemidos cada vez más fuerte de Federico pidiendo más y más.
62. Manuel dejó que unos cuantos centímetros del pene de su amigo entrasen en su boca, mientras terminaba de quitar los shorts, tanto el de Federico como el suyo propio.
Su pene estaba muy duro en su boca y sabía tan bien que no podía creer que eso estaba sucediendo. Estaba teniendo sexo con el hombre de sus desvelos.
Manuel se sentía flotar como en un sueño del que en cualquier momento podría despertar.
63. Después de unos minutos, Federico lo arrastró hacia él dándole un beso apasionado, introduciendo su lengua hondo dentro de la boca de Manuel y abrazándolo tan fuerte que le pareció que se desmayaría a cualquier momento.
Al mismo tiempo Manuel sintió las manos de Federico agarrar fuertemente su espalda y trasero mientras suavemente mordisqueaba su cuello y acariciaba todo su cuerpo.
64. Federico llevó su mano al miembro de Manuel y comenzó a masturbarlo mientras que trataba introducir algún dedo en el trasero de su amigo.
Manuel no podía hacerse una idea cómo hacer para no gozar ahí mismo, en ese momento.
Federico se fue deslizando hasta que su boca entró en contacto con el pene de su amigo.
Se lo introdujo entero dentro de la boca y comenzó a chuparlo intensamente.
Manuel estaba en el más alto nivel de éxtasis.
65. Súbitamente, Federico se detuvo y levantando su cabeza, miró a los ojos a Manuel y le preguntó, "Por favor, podrías follarme?"
Manuel nunca había esperado una pregunta así, pero mirando a los ojos de Federico se dio cuenta cuánto su amigo lo estaba necesitando.
66. Manuel se deslizó sobre el cuerpo de Federico y le separó sus piernas. Tomó el tubo de protector solar y lubricó la zona lo más posible para no hacerle daño ni a sí mismo.
Manuel le preguntó, "Estas pronto?".
A lo que la única respuesta fue, "Si, ahora! Hazlo y!".
67. Manuel dejó que su pene se acercase lentamente al ano de su amigo.
Lo escuchó gemir un poco y supo que le iba a doler pero que al final le iba a gustar.
Durante algún tiempo Manuel dejó que su glande se acercase a la entrada de su trasero, que lo acariciase, intentar una leve penetración y vio como, lentamente, el ano de Federico le estaba permitiendo entrar.
Manuel comenzó a introducirse dentro de su amigo, a veces con un poco de presión, otras veces se relajaba y permitía que se metiese más adentro.
68. Cambiaron posiciones varias veces buscando la que fuese más confortable y de mayor placer para ambos, principalmente para Federico por ser inexperto hasta ese momento. En poco tiempo, los movimientos de Manuel eran más largos, hacia adentro y hacia afuera.
Al principio, los gemidos de Federico eran parecidos a sollozos, pero poco después cambiaron para un sonido más placentero, lo estaba disfrutando!
Manuel no podía creer lo que estaba sucediendo, se preguntaba si eso no sería un sueño.
El sonido del cuerpo de Manuel golpeando contra el de Federico poco a poco fue acallando los gemidos y entonces Manuel comenzó a embestir con más y más fuerza y un gesto de placer se dibujó en el rostro de Federico.
69. Era increíble para los dos. Federico también estaba experimentando una evolución que lo estaba dejando perplejo.
Nunca se imaginó que podría estar haciendo lo que estaba haciendo en ese momento. Ni tampoco se imaginó que podría estar disfrutando de tener a un hombre penetrando su trasero.
En ese momento se dio cuenta que eso estaba sucediendo porque los sentimientos que estaba teniendo hacia Manuel eran más fuertes que cualquier otra cosa que hubiese experimentado en el pasado.
70. De repente, Federico exclamó, "Estoy por gozar… Hagámoslo juntos!"
Federico estaba masturbando su pene con gran intensidad.
Manuel retiró su miembro del trasero de su amigo y empezó a hacer lo mismo.
Casi que al unísono dijeron, "Oh, oh...ohhh, estoy gozando", repitiéndolo una y otra vez mientras sendos chorros de semen salían de ambos miembros y caían sobre sus pechos y abdomens.
71. Se escuchó a Federico decir, "Por favor… nunca había sentido algo tan intenso como ahora. Mi propio pene parecía tener movimientos propios y mi cuerpo se convulsionaba incontrolablemente."
Federico se incorporó en la cama y se lanzó sobre el pene de Manuel, lamiéndolo y dejándolo limpio del semen derramado.
72. Al día siguiente, cuando estaban saliendo para ir al lugar ‘preferido’ (ahora de ambos, no solamente de Manuel!), el administrador les dijo que había quedado otra habitación libre y que cuando ellos volviesen ya los habrían colocado en sus nuevos dormitorios.
73. Casi simultáneamente, ambos respondieron que no iba a ser necesario, que se encontraban cómodos donde estaban y que en lugar de pagar dos habitaciones por una semana, pagarían por una sola habitación por dos semanas.
La mirada cómplice de ambos le dio mucho que entender al administrador y les dijo que estuviesen tranquilos que cuando volviesen tendrían ese lugar reservado para ellos.
The End
LAS MEJORES VACACIONES
Escrito por: Anónimo
Ilustrado por: Eduardo
2 comments:
Hello.
Très bon rendu de ces meilleures vacances.
Vive les speedos et les strings.
Have a good day.
Gracias, Scpcp.
Me deja muy feliz que te haya gustado.
Te agradezco tu visita, tu tiempo y tu comentario.
Abrazos.
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