CABAÑA DE DESCANSO
Illustrated by: Eduardo
1. Después de un arduo año de trabajo y dos proyectos exitosos, la Empresa donde trabajo me premió con un mes de vacaciones en una cabaña que tenían para ese propósito. El colega que me acompañaría no pudo ir por motivos familiares. De cualquier forma decidí ir solo para pasar unos días de descanso y relax aprovechando la soledad y tranquilidad del lugar. Tengo 25 años y trabajo en informática. He tenido unos pocos amigos íntimos, pero en estos momentos estoy solo.
2. Al inicio del día y al atardecer, cuando el sol no está tan fuerte, voy a nadar al lago. También me gusta correr o simplemente caminar a lo largo de la costa, poniendo atención por si aparece alguien que me agrade lo suficiente como para encarar un encuentro. Este ejercicio bajo el sol activa mis hormonas y me dejan cachondo.
3. Durante la primera semana, vi que en una cabaña próxima habían 3 personas que no las había visto anteriormente. Aparentemente era un matrimonio y su hijo. La pareja rondando los 40 y el joven de unos 18 años. Al día siguiente vi que el hombre y la mujer se subían en su coche alejándose de la cabaña.
“Adiós, Andrés, nos vemos el próximo fin de semana! Estudia bastante!”, los escuché diciendo. Pude ver que el matrimonio se estaba yendo y el muchacho se quedaría.
4. Luego de despedirse, el joven se dirigió a una reposera. Pude ver que estaba vistiendo, solamente shorts y se sentó en la misma para leer un libro. Su cabello era claro y su piel bronceada, era alto y tan bien formado y musculoso que te hacía dudar que fuese tan joven.
5. Decidí salir a correr por los alrededores para intentar conocerlo y entablar una conversación. Hacía mucho calor y yo estaba usando unos shorts que hacían resaltar mi piel bronceada, mi trabajado pecho y abdómen y mi estrecha cintura. Sé que poseo un buen cuerpo y tengo una atractiva apariencia porque me lo han dicho muchas veces.
6. Cuando pasé cerca de donde él estaba, lo saludé con la mano y le dije, “Hola, cómo estas?”. “Muy bien, estudiando un poco”, me respondió y me regaló una amplia sonrisa. Vi una oportunidad aparecer, "Quieres venir a correr para descansar del estudio?". Me respondió, "En este momento no voy a poder. Creo que yo también voy a salir a correr un poco dentro de un rato”.
7. Corrí por un cuarto de hora aproximadamente. Por mi cabeza pasaban millones de cosas. Continuaba recorriendo mentalmente cada milímetro de las imágenes de mi vecino que recién había acabado de ver. De momentos me parecía que no sería tan difícil conseguir un acercamiento. Pero en otros momentos creía ver alguna sombra de duda en su rostro.
Al retornar buscaría señales que me indicasen si debía continuar con mi plan o simplemente desistir.
8. Cuando volví a las cabañas, lo vi que estaba parado en el frente. Cuando me acerqué preguntó si podía correr conmigo. Le respondí afirmativamente y emprendimos la marcha. Me decía que estaba estudiando fuerte para sus exámenes y que sus padres lo habían alquilado la cabaña para que no tuviese ninguna distracción en su tarea.
9. Entonces, partimos a correr, ahora acompañado del nuevo vecino. Me dijo que su nombre era Andrés y estrechamos las manos. Me presenté, le dije que mi nombre era Julio. Durante el recorrido, me contó que tenía 23 años, lo cual me sorprendió porque no parecía que tuviese más de 18. Me contó que los exámenes que debería dar eran relativamente fáciles porque durante el año había tenido buenas calificaciones en los parciales.
10. Comentó que solamente se le presentaba alguna dificultad con matemáticas. Al escucharlo me ofrecí que cualquier duda o dificultad que se le presentase, que me lo hiciese saber que estaría muy complacido en darle una mano.
11. Al llegar a su cabaña, me preguntó si quería entrar y beber algo.
Le agradecí pero le dije que estaba precisando de una ducha urgentemente.
“Puedes tomar la ducha en mi cabaña, si quieres...” Me apresuré a responder que si, le respondí casi sin pensar.
Inmediatamente me dijo, “Voy a conseguirte una toalla”.
12. Las cosas estaban funcionando como en un sueño. Solo en la cabaña con un joven atractivo que aparentaba ser muy amistoso. Era tan inocente? Si me daba alguna entrada, yo iba a hacer todo lo posible por quitarle la inocencia. Si no lo deseaba, retrocedería a mis cuarteles y me limitaría, solamente, a disfrutar de la compañía.
13. Cuando salí de mi pensamiento lo escuché decir, “La heladera está bien surtida. Sírvete lo que quieras. Apronta para mí un té helado, por favor.” y dándome la espalda se dirigió al baño. Entró y dejó la puerta entreabierta, por donde aproveché para verlo mientras se desvestía.
14. Estaba de espaldas hacia mí y pude verlo cuando se quitó su shorts. Su trasero muy bien formado y firme como roca capturó toda mi atención.
Estoy despierto?, pensé para mis adentros.
Decidí ir despacio, para no arriesgarme hasta estar bien seguro y simular que no estaba interesado en sexo.
15. Me propuse pensar en otras cosas para evitar que mi pene me delatase.
Cuando terminó de ducharse, se puso una toalla alrededor de su cintura y pude detectar el arco de su pene debajo de la misma. Estaba completamente erecto.
“Aquí está tu té...”, le dije, “... no cuentes con que te proporcione algunas vitaminas”, bromeé.
16. Se sentó en un banco que estaba frente a mi y separó sus piernas, dejando que la toalla se separase. Yo podía ver el interior de sus muslos. “Ahora me voy a duchar yo, si te parece bien”, le dije.
“Ok, adelante, cuando quieras”, respondió.
17. Me puse en pie, frente a él, bajé mis shorts y lo dejé que cayese al piso. Levanté mi vista a su rostro y noté que se había sonrojado un poco. Noté que Andrés miraba mi pene relajado prestando atención cómo se balanceaba cuando pasé frente a él.
18. Tal cual como él había hecho anteriormente, también dejé la puerta del baño entreabierta para que, si lo deseaba, pudiese ver hacia adentro del baño.
Mientras me duchaba, no miré para afuera del baño pero sentía claramente los ojos de Andrés cuidando de todos mis movimientos. Yo solamente reía para mis adentros y tuve cuidado de darle un buen show para observar su comportamiento.
19. Cuando terminé de ducharme, salí del baño secándome. Al mirarlo percibí, sin lugar a dudas que estaba con una gran erección. No hice ningún comentario porque aún no era el momento que yo estaba buscando.
“Es mejor que me vaya, ahora, que tengo algunas tareas por concluir”, le dije.
“Tan pronto! Me gustaría que te quedaras un rato más, si puedes”, respondió.
20. Ante la atenta mirada de Andrés, me vestí, poniendo mucho esmero en acomodar mi polla para ver si hacía algún comentario. Sonriendo, dijo, "Está difícil, no?". Haciéndole una guiñada le respondí, "El calor del sol y la ducha, tienen ese efecto en mí." Me pareció que algo quería decir, pero no dijo más nada, sólo sonreía, pero pude ver que él también estaba empalmado. Quebró el silencio diciendo, “Me comentaste que te gustan las matemáticas, no? Te agradecería mucho si pudieses darme alguna ayuda…”.
“Si, claro, sería un placer, cuando quieras”, le contesté.
21. “Qué te parece mañana de mañana? te viene bien?”, se apresuró a preguntar. Inmediatamente le respondí que estaba perfecto y me fui no sin notar la enorme sonrisa de placer que mostraba su rostro y cómo sus ojos estaban clavados en mi entrepierna.
Yo sabía muy bien lo que estaba haciendo. Por supuesto que yo veía que se había enganchado conmigo. Ahora, bastaba saber si sólo quería mi compañía o sería que quería alguna otra cosa? Haberse quedado con una erección después de la ducha podría haber sido causado por una reacción natural al agua o al sol. O será que me estaba deseando?
22. Yo no iba a arriesgarme. Yo no quería que solamente me masturbase. Yo deseaba follar con este muchacho que estaba deseando y no quería cometer ningún error.
Con mi experiencia, sabría cómo manejarlo. Lo dejaría pensando en mi. Voy a fingir que no estoy interesado. Le había mostrado mi pene, pero reaccionó inocentemente.
23. A la mañana siguiente, me puse a buscar entre las ropas que había traído a ver si encontraba algo sensual para llamar la atención de Andrés. Me puse una camiseta ajustada, una sunga diminuta y pensé en ponerme un shorts por encima pero decidí que así estaba bien. Me miré al espejo y tenía una buena apariencia.
24. Cuando llegué a la cabaña de Andrés, él me abrió la puerta con ojos somnolientos. Él estaba usando solamente un boxer, seguramente recién se había despertado.
"Ok", dijo, " Qué bueno que viniste temprano. Entonces, me vas a ayudar con mi problema? El escritorio está en mi dormitorio."
"Claro! Te ayudaré con cualquier problema que tengas. Vamos", le respondí. Al parecer había captado el doble sentido porque me miró de una forma extraña.
25. Se sentó en su escritorio y me incliné por sobre su hombro para leer lo que estaba haciendo. Unos minutos después vi dónde se había equivocado y se lo indiqué. Mientras yo señalaba en su tarea, puse mi brazo sobre su hombro.
26. Esa proximidad me estaba dejando loco – pero no, yo debía esperar, todavía. Aún no era el momento de atacar. Mi pene había comenzado a manifestarse y pensé que si hacía que él se diese cuenta, me daría una pista y, si él me estaba deseando, también lo haría calentarse.
27. Me senté sobre su cama y separé bien mis piernas para que percibiese los músculos de mis muslos y el estado de mi polla. Me hizo una pregunta sobre matemáticas y giró en su asiento para verme de frente. Noté que su vista se dirigía a mi entrepierna, y que mostraba cierta dificultad para hablar, como si estuviese temblando un poco, y eso se transmitía a su voz.
28. Volví a donde él estaba y le mostré donde estaba la solución mientras presionaba mi cuerpo suavemente contra él. Andrés respondía apoyándose en mí. Enseguida encontramos la solución a su problema, me agradeció con una sincera sonrisa y entonces continuamos charlando.
29. "Te gustan los videos porno?", me preguntó sonrojándose levemente, girando un poco hacia mí y pasando su brazo alrededor de mi cintura. Me pareció que fue un incontenible deseo de tocarme. Hmmm, ésto está saliendo bastante bien, pensé. "Estas diciendo videos de hombre y mujer follando?", le pregunté.
Se sonrojó un poco más. "No", respondió casi en un murmullo.
30. "Ahhh, quieres decir entre hombres!", dije inocentemente, "por qué, tú tienes?"
"Si! Quieres ver alguno?", respondió.
"Bien, tal vez en otro momento", le dije, "ahora tengo que irme. Qué te parece mañana?"
"Si, cuando tú quieras. Me parece estupendo!", dijo, sonrojándose nuevamente cuando se descubrió que se estaba delatando.
31. Estreché su mano, formalmente. "Ok, veremos," le dije y me encaminé a la salida.
Yo estaba desempeñando un verdadero juego psicológico, haciendo que quedase más y más interesado por mi. Podría asegurar que en ese momento, sin temor a equivocarme, se estaba masturbando, pensando en mi.
32. Era probable que él era gay y yo lo estaba tentando, colgándolo de una cuerda. Cuando yo lo quisiese, cortaría la cuerda y caería en mis brazos y sería mío.
Sin embargo, todo ésto estaba dejando evidente que el nivel de confianza mutua estaba aumentando y que reforzaba la relación que se estaba generando entre nosotros.
33. Al día siguiente vi que estaba muy nublado y ventoso. No estaba muy bueno para salir a correr. Miré por la ventana y vi que Andrés estaba en su reposera y, aunque tenía un libro en sus manos, dedicaba más tiempo a mirar hacia mi cabaña que a leer.
Eso me estaba dando la pauta que estaba pendiente de mí.
34. Algún tiempo más tarde, decidí salir y viendo que aún estaba afuera de su cabaña, fui hasta donde él estaba.
"No saliste a correr hoy?" me dijo en cuanto me aproximé. No me importó darme cuenta que yo aún estaba vistiendo un boxer, y me importó menos, cuando vi que Andrés vestía nada más que su ropa interior.
"No, el día no estaba muy bueno y decidí quedarme a dormir un rato más."
35. "Si, no está nada bueno. Qué vamos a hacer hoy?" me preguntó a continuación.
"No se, no hay nada para hacer por aquí, se te ocurre algo?", le contesté
"Tal vez podríamos ver unos videos, qué te parece?", se apresuró a decir.
"Ok, vamos, entonces".
36. Entramos a su cabaña e inmediatamente fue a buscar los videos que tenía.
Mostrándome uno de los que había traído, me dijo, "Este me promete ser bastante bueno"
"Ok", le respondí y me senté en el sofá frente a la tele.
37. Cuando terminó de colocar el CD, vino a sentarse a mi lado. El sofá no era muy amplio y nuestras piernas desnudas se rozaban constantemente. Eso era excitante.
Sabía que tendría que evitar de toda forma delatarme e impedir una erección que quedase muy evidente.
"Quieres tomar algo?", me preguntó antes de empezar a ver el video.
"Si, claro, lo que tengas", le respondí. "Qué te parece unas cervezas?", me sugirió.
38. "Está bien, no tengo costumbre de tomar alcohol, pero es una buena oportunidad de hacer algo diferente", le dije.
Andrés se levantó del sofá e inmediatamente volvió con dos latas de cerveza. Me dio una y se puso a beber de la otra. Parado tan próximo de mi y con su boxer algo transparente, tuve que contenerme para no arrancárselo y mamarlo en ese mismo momento.
"No tomas alcohol porque te cae mal o es que no te gusta?", me preguntó.
"Sólo no tengo costumbre, me agrada, si, pero sólo de vez en cuando", respondí.
39. "Lo peor que puede pasar es que me caiga dormido... y, cuando yo duermo, no hay Cristo que me despierte.", agregué.
El video era bastante malo y tenía mucha trama y pocas escenas de sexo. Mismo así, lo miramos por un buen rato y cuando las pocas escenas fogosas aparecían, hacían que mi polla se levantase, mismo que yo no quisiese. De costado miré para la falda de Andrés y vi que él también estaba en una situación similar.
Me resultaba más interesante mirar a mi agradable vecino que atender al video y su prometedora excitación.
40. Pero me estaba colocando en una situación bastante expuesta dado que ya estaba siendo difícil controlar mi erección, peor aún, favorecido por la cerveza que estaba tomando.
En un determinado momento, cierta escena lo entusiasmó un poco más de la cuenta, aparentemente por algo cómico o ridículo, no lo sé porque yo no estaba mirando, y su brazo se apoyó sobre mi pierna. Aunque sé que se dio cuenta, no hizo nada por retirarlo a pesar que estaba provocando que ambos nos excitáramos más.
41. Acostándose sobre el asiento y recostando su cabeza en mi hombro dijo que estaba con sueño. Su codo casi tocaba mi pene y su mano se agarraba de mi pierna con suavidad. En movimientos cuidadosamente controlados acercaba su brazo más aún a mi polla. Me dio la impresión que quería constatar el nivel de excitación que yo estaba teniendo.
Por su parte, se podía ver con seguridad que Andrés estaba sintiéndose tan excitado como yo. Le comenté que a pesar que el video era muy malo, por lo visto estaba afectándonos a ambos por igual. Me miró y luego se miró a sí mismo, sonrió pero no hizo ningún comentario. Aunque su brazo continuó apoyado sobre mi pierna.
42. Al poco rato, simulé que me había dormido y, cuando Andrés se dio cuenta, se levantó y comenzó a observarme con gran atención. Yo no movía ningún músculo, excepto mi pene que no lo podía controlar.
Andrés se acercó y sentí que me miraba con el máximo de interés. Luego se arrodilló entre mis piernas y acercó su rostro a mi cuerpo. Tan cerca lo sentía que se percibía su respiración.
43. Saber que estaba tan próximo, aumentaba mi calentura y mi excitación.
Sentí que se estaba arriesgando un poco más al comenzar a acariciar mis piernas, muy suavemente para que yo no me despertase. Sus manos recorrían mis muslos hacia arriba y hacia abajo, inclusive pasando del borde de mi boxer.
Parece que mi supuesto sueño le estaba dando más coraje, al punto que sentí sus manos rozando mis bolas.
44. Escuché su respiración acentuarse y su rostro aproximarse a mi entrepierna. No me pareció que se fuese a animar a hacer algún movimiento más arriesgado.
Sin embargo, pude darme cuenta, sin lugar a dudas, que su mano se había apoyado sobre mi polla y que la acariciaba suavemente. Mi excitación continuaba en aumento y yo casi no podía continuar con mi farsa.
45. En un momento de distracción, la lata de cerveza que yo estaba bebiendo cayó al piso. Andrés se sobresaltó y de un salto volvió a su lugar en el sofá, fingiendo que nada había sucedido.
Simulé que me estaba despertando y mirándolo le dije, "Ya terminó el video?". La nerviosidad de Andrés se notaba en su voz, pero atinó a decir, "Si, en este momento. Te gustó?". Con aire de desinterés le respondí, "No me pareció muy bueno, ya los he visto mejores. A ti que te pareció?".
46. "Tampoco me gustó mucho. Podemos ver si los otros son mejores, no?", respondió como un robot.
"No, gracias, mejor dejamos para otro día. Por hoy ya fue bastante", le respondí. "Además, voy a aprovechar que el día no está muy bueno para arreglar un poco mi cabaña que está que es un desastre", le comenté secamente. Me paré y a pesar que sabía que mi erección estaba claramente visible, no hice ninguna mención de cubrirme.
47. Esperé por unos minutos antes de irme para relajarme un poco pero me di cuenta que los ojos de Andrés constantemente viajaban para mi entrepierna y que su excitación estaba tan notoria como la mía. Supuse que haría algún comentario pero no dijo nada, simplemente quedó mirándome y me hizo un guiño. Quedó muy sorprendido por mi reacción, no esperaba que me fuese tan pronto, pero me acompañó hasta la puerta y me despidió cordialmente.
48. La mañana siguiente, temprano, escuché que golpeaban a la puerta, la abrí y era Andrés preguntando si quería salir a correr ya que el día estaba muy lindo.
Yo estaba con mi ropa interior pues recién me estaba despertando, accedí a su invitación, le pedí que entrase, mientras yo me cambiaba de ropa.
49. Hice tiempo, a propósito, para exhibirme. Luego tomé un shorts y me lo puse mientras me miraba y acomodaba frente al espejo. De vez en cuando miraba en el reflejo las reacciones de Andrés y lo veía nervioso y algo excitado pero en ningún momento quitando la mirada de mi cuerpo.
50. Unos instantes después, salimos a correr. Nuestra charla, como siempre, era muy interesante, de los estudios, la profesión, los gustos musicales, etc. Era muy agradable haber encontrado una persona con gustos similares con quien me estaba entendiendo muy bien. Cada vez me sentía más próximo a ese chico que por casualidad vine a conocer.
51. Cuando volvíamos de nuestro ejercicio matinal, Andrés me invitó, de nuevo a su cabaña. Apenas entramos, le dije, "Tú te duchas primero, ok?". Andrés se quitó su sunga de espaldas a mí. Su hermoso trasero, suave y firme podía verlo bien de frente. Además de todas nuestras coincidencias de preferencias, ver un cuerpo tan perfecto era un complemento ideal.
52. Tuve que hacer un gran esfuerzo para no saltar sobre él. Nuevamente dejó la puerta entreabierta para que yo pudiese mirarlo mientras se duchaba. Por sus movimientos, era evidente que se daba cuenta que yo lo estaba observando por la abertura que había dejado al no cerrar la puerta completamente.
En lugar de quedarme mirando desde afuera del baño, me acerqué a la puerta del mismo y continuamos conversando naturalmente.
53. Al terminar su ducha, Andrés se secó mientras yo me quitaba mis shorts. No quitaba su mirada de mi, y yo tampoco lo dejaba de mirar, admirar.
Pensé que también se quedaría en la puerta mirándome pero a pesar de haber verificado más de una vez, no lo pude ver por ahí cerca.
54. Cuando terminé de tomar mi ducha, comencé a secarme y, mientras lo hacía, escuché a Andrés que me llamaba desde su cuarto. Pensé que nuevamente estaba con otro problema que no podía resolver. Terminé de secarme, aún sin terminar de vestirme, rápidamente me dirigí a su dormitorio, terminando de ponerme mis shorts mientras caminaba.
55. Al entrar en el dormitorio, encontré a Andrés acostado en su cama boca abajo. Levantó su cabeza miró fijamente a mis ojos sonriendo nerviosamente. Lucía encantador e inocente. Tenía una piel hermosa y suave y un trasero curvado y abultado.
56. Al verlo ahí, acostado, sentí que él había ganado y que me había enganchado, pero traté de controlarme. Simplemente me senté en su cama.
Con voz entrecortada me dijo, "Tócame, por favor, Julio!"
"Dónde?", pregunté simulando inocencia.
57. "Sólo acaricia mi cabello y mi espalda, por favor", dijo con voz de ruego.
"Por qué?", pregunté.
"Porque me gustas y deseo que estés cerca de mi, tocándome", susurró.
Obedientemente, apliqué masajes en su cabeza, luego su espalda y gradualmente moví mis manos hacia su trasero.
58. "No te detengas", dijo y movió su trasero como si estuviese follando la cama.
"Por favor, para con eso," le dije secamente, "guarda ese tipo de cosas para tu novia."
"Qué Diablos," me gritó, "no quiero una novia, te quiero a ti."
Supe que lo tenía completamente bajo mi poder. Corté la cuerda, y era mío.
59. Me di cuenta que no era momento para continuar fingiendo. Con decisión agarré el borde de su boxer y se lo comencé a deslizar por sobre sus piernas. La visión de su trasero al alcance de mi mano era alucinante. Tan redondo y suave que se transformaba en una tentación incontenible.
60. Terminé de quitarle su boxer y continué acariciando sus glúteos y muslos. Dejé rienda libre a mis sentimientos y permití que mi mano se deslizase por la tentadora elevación de su trasero, recorriendo el camino que separaba un glúteo del otro. Su respiración se hacía más intensa y entrecortada.
61. No pudiendo aguantar más, decidí quitarme mis shorts, me puse de pie al costado de su cama y empecé a bajármelos. Con toda seguridad me miraría mientras me quitase mi shorts sin perder ningún detalle y yo le daría el tiempo suficiente para que me mirase con toda su atención y aumentar su deseo.
62. Con voz entrecortada me dijo, "Déjame quitártelos."
Me aproximé un poco más y vi que su mano iba a la cintura de mis shorts. Acarició mi pene por sobre el fino tejido y luego agarró el borde de la cintura de los mismos y con delicadeza comenzó a bajarlos por mis piernas, lentamente. Sus ojos brillaban con intensidad mirando cómo yo estaba quedando expuesto ante su mirada de deseo.
63. Me agaché, giró sobre sí mismo para que yo pudiese apreciar su belleza completamente. Cerró sus ojos y moderó su respiración. Su pene era largo, perfecto, descansando sobre su abdómen y estaba rodeado de una profusa mata de vellos púbicos.
Estaba evidentemente regado por sangre joven y pulsando a intervalos. Su glande tenía un delicado color rosado y estaba comenzando a expulsar una gota de líquido preseminal.
64. Pude observar que estaba temblando levemente. Pasé una pierna por encima de él, montándolo a horcajadas, me acerqué a su rostro y le susurré, "Has hecho ésto, antes?"
"No, " fue su respuesta.
"Qué es lo que quieres que haga?"
"Bésame, por favor!"
65. Me incliné y besé su hombro, luego besé su tetilla. Contuvo la respiración y agarró mi cabeza. Suavemente besé sus labios. Dejó escapar un suspiro y respondió abriendo su boca y dejando que mi lengua entrase a jugar con la suya.
"Voy a follarte con cuidado," le dije, "no tengas miedo."
"No lo tengo, " dijo, "puedes hacer lo que te plazca, como quieras, pero hazlo ahora!"
Eso fue todo. No iba a haber más tormento psicológico para él.
66. Yo había hecho todo ésto como una especie de juego previo para incrementar nuestros deseos de uno por el otro, y nuestra pasión.
Antes de posicionarme para poder follarlo, me senté sobre su entrepierna y dejé que su pene acariciase mis bolas y mi trasero, moviéndome lentamente hacia adelante y hacia atrás mientras seguía montando mi preciado corcel.
67. Su inocencia y belleza me habían capturado. Yo lo iba a tener para mí y él no volvería a ser el mismo nunca más. Lamí desde su pecho hasta los vellos púbicos y suavemente puse mi mano alrededor de su tenso pene. Era de una belleza indescriptible. Besé su glande y coloqué mi lengua en la abertura del mismo, estaba goteando. Coloqué la brillante cabeza dentro de mi boca y succioné.
68. Comenzó a empujar violentamente, me detuve porque no quería que gozase aún.
Lo di vuelta y besé cada uno de sus glúteos mientras jugaba con sus bolas. Gemía y suspiraba en éxtasis. Continué besándolo y lamiéndolo por sus hombros, espalda y trasero. Suavemente lamí su ano y él curvó su trasero autorizándome.
69. Quedó tenso pero inmediatamente se relajó, entonces yo comencé a forzar mi lengua dentro de su ano. Cuando moví mi lengua, se le entrecortó la respiración. Lamí mi dedo medio y lo coloqué a la entrada de su ano. Nuevamente volvió a levantar su trasero.
70. "Cuando yo te presione, haz fuerza hacia mí," le dije. Hizo como le indiqué y mi dedo, fácilmente entró. Noté un leve gemido cuando moví mi dedo dentro de él. Retiré mi dedo, lamí otro más y gradualmente inserté ambos entre sus tensos músculos.
71. Entraron sin problema. Supe que el momento había llegado. Separé sus piernas lo más abiertas posible y froté mi pene contra su ano por unos instantes. "Quieres que use condón?" le pregunté.
"No, no, no, quiero sentirte totalmente", contestó entrecortadamente. Escupí en mi mano y humedecí mi polla colocándola a la entrada de su ano y empujando un poco. Andrés estaba temblando de excitación y temor.
72. "Estás pronto?" le pregunté.
"Por favor, detente. No sigas más," imploró. Me recosté sobre él, lo besé y esperé que se calmase.
Pasé mi mano por debajo de él y agarré su pene suavemente. Fui moviendo mi mano y lentamente comencé a masturbarlo. Levantó su trasero levemente y con un leve empujón mi pene lo penetró unos 10 centímetros rápidamente.
"Más no, por favor" dijo con voz entrecortada, pero yo lentamente llevé mi polla hacia adelante hasta que estuve completamente adentro y mis muslos estaban apretados contra su trasero.
"Nooo!", gimió, "no empujes más dentro de mí."
"Ya estoy completamente adentro," le murmuré y se siente maravilloso, Cariño."
73.
La mención de la palabra cariñosa surtió efecto, lo hizo relajar y me pidió que lo follara. Retiré mi pene unos pocos centímetros y nuevamente se lo enterré.
"No pares", gritó y tensionó su ano. Mi plan había sido perfecto. Yo lo tenía y ahora podía hacerle estallar el cerebro.
"Te voy a penetrar hasta lo más profundo de tu ser", le grité.
"Más, más, más, " me respondía. Grité en su oído "Si, si, cariño, si, si, si…"
"Fóllame, fóllame, fóllame, " me respondía.
Grité, "Voy a gozar".
"Yo también, " lo escuché responder.
74. Su agitación comenzó a disminuir y empezó a respirar suavemente.
Se recostó a mi lado y dijo, "Gracias, Cariño,".
Le dije que aún teníamos otros 5 días por adelante y que él tenía mucha cosa por aprender, todavía.
Él me dijo que yo también tenía mucha cosa por enseñarle. "Por ejemplo, tengo algunas ideas de mis videos pornos", me susurró.
"Quien necesita de videos," le dije, "eso es hecho por actores. Esto es real." Lo hice dar vuelta e introduje mi lengua dentro de su cálida boca.
Fin De La Historia
CABAÑA DE DESCANSO
Illustrated by: Eduardo
4 comments:
¡Esto es un regalo para nosotros!
Muchas gracias, Xersex!
Y, también, por qué no? una fantasía que nos gustaría que se nos hiciese realidad, no?
Abrazos.
Me gustan las historias.
Espero nuevas historias.
Gracias Carlos!
Agradezco tu visita y tu comentario.
Abrazos.
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